miércoles, 26 de agosto de 2009

Poeta ciego


Mario Bellatin ((Ciudad de México, 23 de julio de 1960) salto al ruedo con una novela impresionante: Salón de belleza  (Jaime Campodónico / Editor, 1994) que refina su estilo escueto y fragmentario que posee. Las novelas posteriores, parecen, que fueran parte de una novela "total" que busca la perfección en torno al estilo que profesa. Bellatin muchas veces ha confesado que su escritura es un proyecto literario que tiene como base el lenguaje, la estructura de la novela y la forma de narrar.
Poeta ciego (Tusquets / Peisa 1998) es la consolidación del escritor al nivel internacional. Una novela que fue aclamada y esperada por la crítica especializada en su tiempo. La obra trata de un poeta de orígenes legendarios –apostólicos- creador de rituales, que funda una secta de oscuros propósitos cuyas reglas se basan en una sexualidad maliciosa e incoherente. El poeta se presenta desde inicio como un sujeto sin historia pero de una trascendencia incierta. La sabiduría de entender las cosas es una de las características del personaje principal, así como su alejamiento/ cercanía a la sociedad que le rodea. ¿Pero El poeta es el Mesías de este mundo incierto? Las obras de Bellatin siempre tendrán un importante característica –para mí- que es la construcción del espacio donde quedan maniatados los personajes. No da datos, no da nombres exactos, ni muchos menos se conocen a los personajes –históricamente-. Eso da a la novela un aire de extrañeza, incertidumbre. En esta novela aparecen todas estas características y el eje narrativo de la novela policial. He ahí para mí el gran problema de la obra. La novela policial siempre pedirá al narrador un bagaje de datos inciertos para que el lector atento pueda resolver el misterio planteado desde el inicio. Lo que no pasa en la novela de Bellatin. Bellatin es escueto en datos tanto los personajes como las causas que movilizan el relato. Cuando Bellatin combina estos estilos en vez de enriquecerlo le resta, la novela denota poco trabajada aunque los personajes sean inquietas, amorfos, raros. En la novela, también, abundan hechos absurdos en donde los personajes se ven sumergidos y se ven envueltos en su accionar dentro de la obra – me refiero a la extraña droga, el método de implantar la ideología de la secta, el razonar del poeta, etc. Otro caso importante es la manera de presentar la historia; Bellatin, renueva la técnica narrativa de un tiempo lineal, por una construcción de capítulos fragmentarios que en que cada cierto momento salta de tiempo –valga la redundancia-, esto posibilita que se haga un recuento de lo ya narrado y aporte nuevas observaciones de los hechos ocurridos. Me hace recordar a la técnica que utiliza Kundera en “La insoportable levedad del ser”. En conclusión la novela no me emociono como lo hizo en su momento “Salón de Belleza” y mucho menos colmo las expectativas que tenía. Espero que Bellatin vuelva a deleitarnos con la misma prosa o algo raro como nos tiene acostumbrado.

Puntuación: Mala
Presentación: Muy buena
Género: Narrativo
Leído: 12 de agosto de 2009


1 comentario:

Anónimo dijo...

Acá hay un error:
"Mario Bellatin saltó al ruedo con una novela impresionante: Salón de belleza. Tuvo dos anteriores: Mujeres de sal y Damas chinas".
En realidad, antes de Salón de belleza, Bellatin había publicado Las mujeres de sal (Lluvia), Efecto invernadero (Campodónico) y Canon perpetuo (Campodónico).
Saludos.