miércoles, 14 de marzo de 2012

Luz de día



La importancia de Blanca Varela para la poesía peruana es que impone en su poética un ascetismo estético y se aleja de cualquier coyuntura formal que encuadre la poesía en parámetros. La poesía vale más que la historia misma. Tal vez ello le haría afirmar que la poesía no tenía sexo en clara alusión a la poesía hecha por mujeres. En toda su poética Blanca Varela se ha negado de ensayar muevas experiencias formales. Su poesía quiere ser más comunicativa que obedece a la incitación interior.
Luz de día (Ediciones Rama Florida. Lima 1963) es el segundo libro de Varela donde ya se cuece estas ideas que poblaran toda su poética. Lo raro de este libro es su único ensayo en la prosa poética que por momento suena romántico por los paisajes que describe y como estos se construyen delante del yo poético. Para mi gusto, lo menos atinado en toda su poética. Pero cuando pasamos al segunda parte encontraremos esos poemas típicos varelianos, de insoportable intensidad, hecho de frases lacónicas que encierran y liberan una energía extraña en el lector. Esa estética de lo austero se mantendrá siempre en los libros posteriores como Concierto animal (Ediciones Peisa.  Pre –texto 1999) que mantiene su más débil asombro al efectismo siendo manifestado en su incredulidad ante lo ético y las cosas circundantes.
Varela tiene algo que manifestó Octavio Paz en el prólogo de su primer libro: “Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo, Su poesía no explica ni razona. Tampoco es una confidencia. Es un signo, un conjuro frente, contra y hacia el mundo…”

Presentación: Muy Buena
Puntuación: Buena
Género: Poesía
Leído: 14 de marzo de 2012

No hay comentarios: