Contraeltráfico (El Santo Oficio, junio, 1997) de Rilo (Lima,
1970), novela considerada una de las animadoras del realismo sucio peruano a
finales de los noventa -otra puede ser Al final de calle (1994) de Óscar Malca-
y que guarda atinadamente el estilo bukowskiano, el consumismo de Bret Easton
Ellis y la aculturación de Kureishi de El buda en los suburbios (1990). El
texto nos plantea, desde el inicio, un sujeto descentrado que siempre polariza
los estatus sociales, construye su machismo violento como supervivencia y su perversión
sexual utilizando un tono confesional sin ningún tipo de remordimiento. Si bien
es cierto, la novela pudo haber sido considerado un cliché en su época, ha ido
superando sus taras para revitalizar genuinamente el personaje descentrado,
hibrido y sin ningún apego a construcciones culturales e ideológicos singular
en el canon peruano: “…soy atractivo…A lo mejor se deba a la mezcla de sangres
que hay en mí. En fin, vivo en Lima y sé que pertenezco y no pertenezco a este
lugar”. También se repasan en la novela tópicos como las barras bravas, Sendero
Luminoso, la bohemia limeña y la vida universitaria en la PUCP. Contraeltráfico
ha sido una primera y única novela de Manuel Rilo Podestá, una curiosidad
dentro de la literatura peruana que, con los años próximos, puedo sugerir, se convertirá
de culto por lo propuesto y descrito líneas arriba, y también por la vida
escandalosa del autor.
Presentación: Bueno
Puntuación: Bueno
Género: Novela
Leído: releído,18 de diciembre del 2024
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