martes, 24 de junio de 2025

Hijo de Jesús


Hijo de Jesús (Random House Mondadori, 1992) de Denis Johnson (1 de julio de 1949 - 24 de mayo de 2017) construye una obra profundamente inquietante que se inscribe en la tradición de la narrativa norteamericana marginal, evocando la sensibilidad de autores como Raymond Carver y Charles Bukowski, pero con un lirismo más sombrío y perturbador. El libro —una colección de relatos interconectados narrados por un mismo protagonista, conocido solo como Fuckhead— presenta una visión descarnada de los márgenes de la sociedad estadounidense, con personajes atrapados en la espiral del alcoholismo, la drogadicción y la desesperanza existencial. No obstante, lo que hace de esta obra una pieza singular es la manera en que Johnson logra extraer belleza —una belleza trágica, ambigua, a veces hasta redentora— de ese paisaje humano devastado.

A pesar de estar compuesto por cuentos independientes, Hijo de Jesús puede leerse como una novela de aprendizaje invertida —una bildungsroman degradada— en la que la supuesta evolución del personaje principal no conduce a la madurez, sino a una forma paradójica de comprensión del dolor, el absurdo y la fragilidad humana. Los relatos están narrados con una lógica episódica, casi onírica, que diluye las fronteras entre la realidad, el delirio y la alucinación inducida por las drogas. Este desdibujamiento narrativo, lejos de ser un defecto, se convierte en el principal recurso estilístico para representar el estado mental del narrador: fragmentado, confuso, pero profundamente perceptivo en lo emocional.

Johnson escribe con un estilo que oscila entre lo coloquial y lo poético —una prosa cargada de imágenes potentes, frases que parecen emerger del subconsciente, y una economía verbal que recuerda al minimalismo, aunque con destellos de misticismo caótico. Las frases no siguen siempre una lógica lineal; en ocasiones, irrumpen con fuerza disruptiva: “Y me di cuenta de que me había vuelto loco, y que estaba mentalmente enfermo, y que me había metido en un estado en que mi corazón estaba roto”. Esta forma de narrar —aparentemente caótica pero cuidadosamente calibrada— reproduce el flujo interior del pensamiento en crisis, evocando al mismo tiempo el lirismo del alma en ruina y una visión casi bíblica del sufrimiento humano.

Po otro lado, uno de los temas recurrentes en el libro es la redención —o, más bien, su imposibilidad. El título mismo, Hijo de Jesús, sugiere una ironía teológica: el narrador, lejos de ser un modelo de virtud cristiana, es un testigo fallido, un apóstol desviado que transita por un mundo en el que la fe ha sido reemplazada por la necesidad inmediata de alivio —sea este químico, afectivo o ilusorio. Sin embargo, Johnson introduce momentos de gracia —breves, ambiguos, pero profundamente humanos— que permiten vislumbrar la posibilidad de redención no como una certeza metafísica, sino como un gesto mínimo: un acto de bondad, un recuerdo luminoso, una mirada sincera entre dos seres perdidos.

En su conjunto, el libro puede leerse también como una crítica subterránea a la América de los excluidos: vagabundos, adictos, criminales menores y almas errantes que viven al margen de un sistema indiferente. Johnson no emite juicios morales explícitos; sin embargo, su mirada es profundamente ética: hay en su escritura una compasión que no idealiza ni romantiza la marginalidad, pero que la reconoce como parte constitutiva del drama humano. En este sentido, Hijo de Jesús puede ser entendido como un evangelio apócrifo del fracaso moderno: una serie de parábolas rotas donde el amor, la pérdida y el sufrimiento conforman la única liturgia posible.

Concluyo con afirmar que Hijo de Jesús es una obra que conmueve por su brutal honestidad y por su capacidad de encontrar belleza en lo abyecto. Denis Johnson ofrece una visión poética del infierno cotidiano —una poética de la ruina, si se quiere— que desafía tanto al lector como a las convenciones del relato corto. Lejos de ofrecer respuestas o moralejas, el libro deja una estela de incertidumbre espiritual y emocional que lo convierte en una de las obras más singulares y conmovedoras de la literatura norteamericana contemporánea. El lector —como el narrador— no termina redimido, pero sí transformado por el contacto con lo humano en su forma más desnuda y esencial.

Presentación: Bueno

Puntuación: Bueno

Género: Cuentos

Leído: 5 de mayo del 2025


 

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