No
he tenido la oportunidad de leer a varios autores brasileños, solo uno que me
destapo el cerebro hace algunos años atrás. Me refiero a Rubem Fonseca (1925),
unos de los más importantes narradores, vivos, de la tradición brasileña. Rubem
Fonseca me deleito con su conjunto de relato: “Ella y las otras mujeres” (La
otra orilla, 2007). La forma de tratar temas tan perversos con total normalidad
y el lenguaje exacto sin decoro provocó mi fidelidad con su literatura. Fonseca
es un escritor recientemente revalorado en Hispanoamérica y considerado como
unos de los pioneros del relato policial. De este impacto desenfado de mi anterior
lectura me compre: “Secreciones, excreciones y desatinos” (Seix Barral, 2003).
Un libro raro -como son en mayoría los de Fonseca- que plantea desde el inicio
la construcción de personajes extraños que se enfrentan a situaciones raras con
un accionar en su contorno sosegado, como si lo presentado se normara en
parámetros inverosímiles. Cuestión aparte es el lenguaje cotidiano que utiliza
el narrador y ayuda a que estas situaciones se presenten como verosímiles. Un
hombre que practica la copromancia y descubre su destino en los excrementos, un
joven que chupa la sangre de sus enemigos, un aficionado al crucigrama, un
enano que se deleita en enamorar a mujeres alta para después dejarlas por
otras, son algunos de los personajes interesantes que se desprenden de su
texto. De portada la temática puede sonarnos interesantes –como entendió este
cronista aventurero-; pero de mi humilde posición creo que muchos de los
relatos se tornan pesados por el tema efímero o el desenlace desencadenante. No
hay un móvil siniestro, oculto, -si bien el tema es apetitoso e ingenioso- que
maraville en los relatos. Entiendo que todo lo que puede escribir un escritor
no debe gustar al público, pero esta columna no es para decir que es bueno y
malo, sino ayudar al lector curioso con una lectura personal y, de esta manera
guiar, una lectura satisfactoria. Acaso no será la primera responsabilidad de
un crítico literario. De los relatos de Fonseca puedo destacar: Copromancia, La
naturaleza, o la oposición a la gracia; Hermoso dientes y buen corazón y
encuentro y desencuentros. Definitivamente resaltaré que los finales de los
relatos me deja una desazón de incertidumbre, de frustración de los personajes,
que provocan en el lector la esperanza de un desenlace siniestro –que no se
cumple en la mayoría-. El hilo policial, que nos tiene acostumbrado Fonseca es
uno de los recursos que utiliza para tener sujetados a una lectura de un tirón.
Así como un tema ingenioso y un lenguaje sencillo. Rubem Fonseca es un motivo
para enfrentarnos a una condición humana inútil y a la vez glorificante. Y nos
invita a merodear por sus páginas como un inocente monaguillo descubriendo
pecados de su cuerpo.
Puntuación: Regular
Presentación: Muy buena
Género: Relatos
Leído: 7 de agosto de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario