martes, 14 de octubre de 2025

Kenacort y valium 10


Kenacort y vailum 10 (Ediciones del Movimiento Hora Zero, 2070) de Jorge Pimentel (Lima, 1944) constituye una de las obras más disruptivas e influyentes de la poesía peruana contemporánea. Considerado el texto fundacional del movimiento Hora Zero, este libro representa una ruptura radical con las formas poéticas tradicionales y con la concepción idealizada del lenguaje lírico; en su lugar, propone una escritura cruda, urbana y profundamente existencial, en la que el yo poético se enfrenta con una realidad marcada por la alienación, la violencia y el desencanto: “Yo Jorge Pimentel pongo toda mi fuerza y mi cerebro para luchar hasta mi último aliento contra todo lo que signifique alienación, caos, miseria, hambre, enfermedades, despotismos, imperialismo…”.  

Desde su título, Kenacort y Valium 10 anuncia su intención provocadora: alude a medicamentos que buscan aliviar el dolor físico y mental, lo que ya anticipa una poesía cargada de enfermedad, ansiedad y desesperación. Pimentel convierte estos fármacos en símbolos de una sociedad anestesiada —una sociedad que intenta suprimir el sufrimiento sin enfrentar sus causas—; de este modo, el poemario se vuelve un diagnóstico feroz del malestar moderno y una crítica a la deshumanización impuesta por el sistema capitalista.

El lenguaje de Pimentel es directo, violento y fragmentario; no busca la belleza formal, sino la verdad emocional y política: “Podrán un alambrado de púas/ entre tu hambre y la comida/ comprarán a tu mujer/ con peles de animales/ y piedras de colores”. Emplea un tono conversacional —a veces irónico, otras veces desesperado— para reflejar la voz del ciudadano común: aquel que vive entre el ruido, la pobreza y la frustración. La estructura de los poemas rompe la sintaxis convencional y apuesta por la oralidad, por la irrupción de lo cotidiano, del habla popular, de los anuncios, de la calle. Todo esto conforma un collage verbal que reproduce el caos urbano de Lima en los años setenta: “…Marlene trabajaba heroicamente en su lucha titánica contra el reloj. Los ocho trabajos que tenía la perdían así desbocadamente”.

El yo lírico se muestra vulnerable y rabioso al mismo tiempo; denuncia la hipocresía social, la indiferencia política y la pérdida de sentido. En este sentido, el poemario es también una crónica del desencanto generacional: la voz poética habla desde la juventud desilusionada que busca un sentido auténtico en medio de una realidad vacía. La enfermedad y los fármacos aparecen, entonces, como metáforas del intento inútil por mitigar el sufrimiento existencial, mientras que la poesía se erige como un último espacio de resistencia y expresión.

Asimismo, Kenacort y Valium 10 introduce una dimensión metapoética: Pimentel cuestiona el propio acto de escribir, el valor de la palabra en un mundo deteriorado. El poeta se muestra consciente de la impotencia del lenguaje para cambiar la realidad, pero a la vez insiste en su función de denuncia y de testimonio. Esa tensión entre desesperanza y necesidad de expresión atraviesa toda la obra, convirtiéndola en una exploración de los límites del arte y del ser humano.

En conclusión, Kenacort y Valium 10 es un poemario que rompe con la estética tradicional y propone una nueva sensibilidad poética: urbana, existencial y contestataria. Jorge Pimentel logra, mediante un lenguaje descarnado y sincopado, retratar la angustia y la descomposición moral de su tiempo; pero, más allá de su contexto histórico, su poesía conserva una vigencia profunda, pues sigue interrogando —con crudeza y lucidez— la condición humana en un mundo que busca anestesiar el dolor sin comprenderlo.

Puntuación: Bueno

Presentación: Muy bueno 

Género: Poesía

Leído: 26 de agosto de 2025

Poesía completa


Poesía completa (Lumen, 2025) de Idea Vilariño (Montevideo, 1920-2009) —una de las voces más intensas y coherentes de la literatura uruguaya del siglo XX— se caracteriza, su poesía, por una radical sinceridad emocional y una austeridad expresiva que la distinguen dentro del panorama de la poesía hispanoamericana. Su poesía completa, reunida Lumen, constituye un testimonio profundo del amor, la pérdida y la existencia; no como temas decorativos, sino como experiencias vitales que atraviesan su escritura de principio a fin.

Desde sus primeros poemarios hasta los más tardíos, Vilariño desarrolla una poética del despojo. Su lenguaje —preciso, desnudo, casi ascético— renuncia deliberadamente a los adornos retóricos; cada palabra parece escogida con una rigurosidad que busca la verdad y no la belleza. Esta decisión estilística responde a una ética del sentimiento: la poeta no pretende embellecer el dolor, sino mostrarlo en su forma más pura y devastadora. En este sentido, su obra puede leerse como una lucha constante entre el decir y el callar, entre lo que el lenguaje puede expresar y lo que necesariamente se escapa.

El eje central de su poesía es el amor, pero no un amor idealizado ni romántico; es un amor vivido, desgarrado y, en muchas ocasiones, imposible. Su relación con Juan Carlos Onetti —que marcó buena parte de su obra— se convierte en materia poética: no como un simple recuerdo personal, sino como símbolo del deseo y la pérdida, del vínculo humano condenado al fracaso. Poemas como los de Poemas de amor o Nocturnos revelan esta intensidad: el amor aparece como plenitud y como herida; como espacio de encuentro y de soledad.

Sin embargo, reducir la poesía de Vilariño a lo amoroso sería limitar su alcance. En sus textos más reflexivos —como en Pobre mundo o No— emerge una conciencia existencial lúcida, casi filosófica, donde la autora enfrenta la nada, la muerte y el paso del tiempo. El tono se vuelve meditativo, pero nunca abstracto; siempre parte de lo vivido, de lo sentido, de lo que duele. La poeta observa el mundo y reconoce su fugacidad; de allí que su palabra sea, al mismo tiempo, un acto de resistencia y de aceptación.

Su voz se define también por un profundo minimalismo emocional: los versos breves, las repeticiones, las pausas, el uso del silencio como elemento expresivo. Todo en su obra parece apuntar hacia la esencialidad, hacia la reducción de la experiencia a su núcleo más humano. En esta economía verbal —que recuerda a veces a Emily Dickinson, aunque desde una sensibilidad latinoamericana— radica su fuerza. Vilariño escribe desde la soledad, pero no para lamentarse; escribe para entender, para fijar en palabras lo que de otro modo se perdería.

En suma, la poesía completa de Idea Vilariño es una obra de introspección radical y de autenticidad inquebrantable. A través de un lenguaje depurado, la autora convierte el dolor, el amor y la muerte en materia poética universal. Su voz —seca, directa, pero infinitamente sensible— resuena con una honestidad que trasciende el tiempo y el contexto. Leer a Vilariño es entrar en un territorio de verdad desnuda, donde la palabra no consuela ni embellece; solo revela. Y en esa revelación —dolorosa, lúcida, implacable— reside la grandeza de su poesía.

Puntuación: Muy Buena

Presentación: Muy Buena

Género: Poesía

Leído: 22 de agosto de 2025

Parque

Parque (Edición La Rama Florida, 1965) de Washington Delgado (Cuzco, 26 de octubre de 1927-Lima, 6 de septiembre de 2003) primer poemario y uno de los más representativos de su producción poética revela una mirada profundamente existencial sobre el ser humano y su relación con el paisaje, el tiempo, la soledad y la memoria, temática que estarán presente en su poética posterior. Desde sus primeros versos, Delgado establece un tono meditativo que invita al lector a transitar un espacio simbólico: el parque no es únicamente un lugar físico; es también una metáfora del tránsito vital, un escenario donde se entrecruzan la infancia perdida, el amor, la muerte y la búsqueda de sentido.

El lenguaje del poeta se caracteriza por su sobriedad expresiva y su precisión; no hay exceso ni artificio, sino una contención que, paradójicamente, potencia la emoción. Esta economía verbal —propia de un autor que domina la palabra y su silencio— le permite explorar temas universales con una voz íntima, casi confesional. En Parque, la ciudad se convierte en un reflejo del alma humana: sus calles vacías, sus árboles y sus bancos son testigos de la fragilidad de la existencia.

Washington Delgado no describe el parque como un simple paisaje urbano; más bien, lo convierte en un espacio donde se enfrentan la memoria y el olvido: “El parque inmóvil/ se volvió nada:/ solo en el mundo/ yo caminada”. Cada poema parece dialogar con un pasado que se resiste a desaparecer; el hablante lírico se mueve entre la nostalgia y la reflexión, entre la serenidad aparente y una angustia que late bajo la superficie: “Intima, la mañana/ entre mis dedos fluye:/ aire fino que nunca/ ha de volver”. En ese sentido, Parque puede leerse como una meditación sobre el paso del tiempo —ese enemigo invisible que transforma todo lo que toca—; el poeta contempla cómo la vida se desvanece lentamente, y con ella, los sueños y las certezas.

En conclusión, Parque es una obra poética delicada y precisa, donde Washington Delgado alcanza un equilibrio entre la reflexión cotidiana y la emoción contenida. Su escritura —precisa, sobria y profundamente humana— invita a detenerse, a mirar el mundo con ojos renovados y a reconocer, entre las sombras del parque, la presencia inevitable del tiempo y la memoria. Así, el poemario trasciende la experiencia personal para convertirse en una meditación universal sobre lo que significa vivir, recordar y perder.

Presentación: Buena

Puntuación: Buena

Género: Poesía

Leído: 9 de octubre de 2025