El retrato de Dorian
Gray (Panamericana,
2019) de Óscar Wilde (Dublín, 1854 - París, 1900) pretende hacer, tal vez por
primera vez en la historia de literatura, arte de su propia vida rindiendo
culto al esteticismo como fin de la existencia, pero también al escándalo como única
vía para el reconocimiento. Otro punto dentro de la novela es la búsqueda de la
belleza siniestra –tema tradicional en esos tiempos simbólicos-, el placer inútil
y la extravagancia como protesta contra la rutina y la trivialidad de la vida
burguesa. El texto representa la tendencia liberal del arte, la que por su
ramplonería capitalista es incapaz de percibir lo estético que descansa en el
sensualismo y el hedonismo convertido, para el escritor, en moral. Así el alma como
espejo constituye el intento específico de aprisionar al ser para retratar la
luz de la verdad aunque esta sea funesta. Finalmente, en torno a la estructura
del texto, existen pasajes poco desarrollados, personajes secundarios
decorativos y precipitaciones en la narración de los hechos, pero, a pesar de
lo señalado, no ensombrece su importancia dentro de la literatura universal.
Puntuación: Regular
Presentación: Bueno
Género: Novela
Leído: 6 de junio del 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario