Ariel (Hiperión, 1997) de Sylvia Plath (1932 – 1963) y
traducción de Ramón Buenaventura es un poemario que ha sufrido variaciones en
su publicación. Primero porque el libro fue concebido y ordenado por la autora
antes de su suicidio el 11 de febrero de 1963. Después de su muerte su esposo, el
poeta Ted Hughes, reacomodo la lista y suprimió catorce e introdujo trece que
escribió antes de su muerte. El motivo seguramente por la calidad de los
poemas. El último problema de publicación es la aparición en Estados Unidos. En
este último texto aparece el libro preparado poeta Ted Hughes más los trece
poemas suprimidos. El texto de Hiperión ha tomado como texto base el poemario
publicado en Estados Unidos.
A
Sylvia Plath le costó mucho desarrollar un estilo original en todo su corpus
poético –por ello tanta confusión en sus publicaciones-: sus correcciones
incesantes, sus dudas en dar un norte a su escritura y sus constantes cambio de
ánimos produjeron la tardía decisión de publicar un texto orgánico. Ante lo
propuesto no podemos de negar la extraordinaria calidad de su poética y las
innovaciones temáticas que produce para las letras norteamericanas. La poesía
confesional, que tiene atisbos con Anne Sexton, se suma su condición de mujer y
sus problemas existenciales producto de su bipolaridad producen en una poética
rebelde, maldita e insular. La poesía de Plath se aprecia en todo su esplendor
cuando el devenir sonoro y confesional se apodera en su poesía para atentar
contra una sociedad patriarcal que poseía más hegemonía en su tiempo y en su
contexto. Plath sin lugar a duda fue una de las pioneras de impulsar la ola de
poesía femenina que llegaría en los años siguientes.
Puntuación: Buena
Presentación: Buena
Género: Lírico
Leído: 4 de mayo de 2016
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